sábado, abril 23, 2005

Ana Elena

He esperado encontrar el momento preciso para decirte que quiero salir del habito, del ritual; me encierro en la soledad y profano tu nombre, tu recuerdo sepultado, tu mismo fantasma... ya no quiero hacerlo, despues de tanto que te fuiste, se quedo colgado en el traje de salir, mi humilde necesidad de abrazarte, en esos paseos interminables por xalapa, mi cafecito caliente, las preguntas interminables a la resolucion de la humedad terrena, las hojas secas, los aromas del campo... mis inmensas ganas de besarte en la cocina, la persecución falaz en las escaleras, la caricia a tu blusa, mi piel en tu piel, mis manos recorriendo, lentamente, desgajando los petalos de miles de deseos, la sorpresa, el espanto, la ternura... llamame si encuentras otro rito extraño que profane ahora mi cuerpo, mi deseo y mi mente por separado, y dejame embrujarte, ahora es mi turno, tengo la magia, el canto y la poesia. ¡Apaga este fuego que encendiste! y acaba con esto que empezaste. Troya es demasiado para mi, y ya te extraño.