martes, julio 04, 2006

La cascada de la monja.


lugar mas destilado de pasado, lo hay en los hilos que hacen las cascadas; el ruido de su continuo destellar en roca hace tan celestial canto; deriva en la joya del paisaje que acongoja los sentidos, suave, roca, movimiento constante, delirio...

Que más podría, y que más querria sin tener las miles de burbujas en mi cuerpo revoloteando como avispas dormilonas, como sueño, acompasado y sutil.


├«Cascada de Texolo.»
Sueño mil veces contigo. Cuando serenamente desprendo mis pieles de la costa, y quiero volver a casa, sin este salitre desbordado en mi cara, sin este olor de marisma matutino, lleno de algas y de formas diurnas, doblegadas e inmutables a la terrible mañana. Quiero volver a tu vientre desgajado por las lluvias, y morder el frío desesperado de tus aguas, santificarte y maldecir tus prendas, desafanar los rostros que te miran sin piedades, sin desgano; volver contigo a sober el té junto a puestas de sol desmoronadas, armonizar a nuestros cantos, los cantos de estas oscuras noches de la mano traviesa de tu voz... de la inseparable faz de tus lineas armar el lienzo perfecto donde acomodo mi sien, soy otra vez bueno, me amas, penetro tu esencia y soy en ti, me callo y todas mis palabras se vuelcan en el precioso tacto con que se encuentran nuestras manos. /[ silencio]/
Tengo mil veces contigo una resaca de miércoles, cuando en mi boca aparece convaleciente un beso aforado de tus labios; desde lejos, no se donde encontrarte, ni las ideas y busco tu nombre y no aparece en ningun lado. Lo sé, no lo intento. Te busco de nuevo... dejo de ser el mismo y siento un aliento nuevo .
Me cambio las heridas de lado, acobijo la ternura del silencio, me meto en las sabanas del tiempo y me dedico a cazar corazones tristes para comermelos con ajo, sal y sobras de pan.
Sueño mil cosas. Escribo dos y sigo comiendo, como me nutre, este trago de vino, muy lejos de la montaña, cuando mas te necesito, como siempre vienes, con tus velos, misteriosa...