viernes, enero 26, 2007

sacude ese sueño de niebla de tus muslos...

Te busqué como siempre desde distintas formas, no limité tu paso, aun sabiendo que te seguía, jugaste con tus pasos, el tiempo, y te dejaste sorprender, como siempre, y me regalaste tu sonrisa, tus brazos y tu vida se volvió a mi; nunca dejé de dormir al lado de la almohada creyendo en fantasías, de ti, solo de ti.
Tuve de nuevo tus manos, tu rostro en el mío, acaricié tu pelo y juraste no dejarme nunca, y vino el 6 de abril, robándose los sueños que se sacudian del vientre de la realidad... y el presagio volvió, y no soportó la vigilia acomodar en los muslos fantasías, sacudiste por fin, lo que debió ser y volví a la tierra, desgajado, impuro, noble y sin destino; polvo se arrastró entre mi cuerpo y falleció mi esencia, y me volvi todo... abandoné tu todo. no cumplí mi promesa, y dejé borrar la estela fina de tus blandos pasos en la arena, y te fallé, y no fui más tuyo y el silencio abordó mis letras, se comió la esperanza tu regreso, desesperé decisiones, apresuré caminos y me quede tan solo... y hermosa te vi a través de tanta niebla...
Me quedé tan triste en esa banqueta, con mis pantalones cortos, mis rodillas raspadas y esta gran tristesa que arropaba todas las dudas... niebla densa, niebla lejana que me acorta las ganas de tocarte y más te aleja, y como siempre resultó, te siento cada vez mas lejos...
(¡ya estoy hasta la madre!)