lunes, febrero 22, 2010

cirque



Las cuerdas flojas del trapecio flotan al rededor de los pies de la bailarina, quien gracilmente, agobia de besos al payaso maromero, hijo de la mujer barbuda, siendo pariente de la mágica Bromelia, adivina-medium o medium-adivina de la primera carpa, esboza un canto amargo, a penas entendible, a penas lógico, despues de unos tragos de etilicos y rimbombantes lilas que salían de una retorta vieja con diamantes incrustados, que descansaba en una cofaima repleta de hielo...

- ¡Oh! buena mujer que has mojado este bigote añejo de tantas lágrimas, con el elixir, las notas y el tabaco de mi religión...

Últimas palabras de tan desatinado monólogo.

Los rastros del tacto blanquecino encima de diversos cuerpos, indicaron el destino suplicante sobre sangre, destino de tan desgraciado... los silencios en que despertará mañana, el cuchillo acusador en las manos, las dudas y el trágico dolor de una resaca más fuerte, mas del alma, sin la pieza de vals amada.

"the show must go on..."