martes, mayo 03, 2005

para ti mujer... para ti.

No te vayas de mi, por favor.


Eres como la brisa matinal de agosto, hueles a hierba fresca, a café recién cortado, a humedad quebrada, a campo; tan tersa es tu piel como la niebla densa de una noche de noviembre sobre Coatepec. Cuan fantástico es imaginarme caminando a tu lado en la fresca tarde de mayo por el cafetal, descalzos en la hojarasca seca de chalahuite, sorbiendo a ratos el canto sublime del jilguero, dando gracias del amor...
Dame tu mano, corramos a través del campo, mirando las cristalinas aguas de la bola de oro, sintamos el devenir del tiempo en los vados imprescindibles donde juguetean las aguas huidizas, la palabra y la poesía; sigamos caminando por este pequeño pedazo de vida y amor, que compartiremos con la humanidad sin dejar por dichosa la beldad de la inocencia, la sangre, la vida y la correspondencia de nuestro ser.

No hay comentarios.: