En este pequeño devenir hemos sido convergentes, refractantes, desunidos, intrigantes, y tiernamente necesitados de amor. Simples, humanos desparmajados en miles de historias en las que han contado y nos hemos encontrado; en este pequeño andar furtivo, esencial, astringente e incoloro, se hace la palabra y se desdicen miles de hechizos, conjuros y acertijos, que elaboran frutales cantos, décimas y dichos, complejos albures y enredijos... que hermosa trenza lenguada este español tan limpio y dulce, sin romances ataviados, sin complejos retóricos disfraces, que compliquen la fraternal esencia de la lucha...
Bendigo al limpio canto refrescante, mi voz de guerra a los valientes palabreros que difracten y embelecen su canto, en este profundo palabrero lleno de juerga, composición y verso... sin detrimento alguno para el numen de su estilo, honroso camino y desencanto.
Luz para ti, hermano... luz a tu camino... revolución... matriz... amor sin llanto... ¡Luz!
(para la loca carrera de la palabra...)
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