martes, enero 15, 2008

El deber lo debe ...

Debe conocer el tiempo que tardas en llegar a cualquier lado; debe conocer los días de lluvia cuando te encanta llorar y ser vista a media luz, porque te hace ser más interesante, con aire intelectual y magnético.

Debe saber cuando recorres a medias los pasillos, arrastrando los pies, buscando con travesura las palabras para hacer sonreir a la gente que te ama..

Debe saber con certeza como bebes a sorbos tu café caliente, como prepararlo sin que deje hervir el asiento, sin mezclar la infusión, con un toque de brandy.

Debe saber tocar punto por punto, los botones de la blusa amarilla, cuando te abraza, como es de simple la forma de llevarte a dormir sin emblemas malignos, ni cobardes estrategias, solo a dormir en el regazo del viento, con ese aire coronado de virgen salvaje...

Debe saber tomar tu mano, en el preciso momento que lo necesita, cuando acaso un cambio imperceptible de la temperatura, te ausenta perdida en un mundo de extraños recovecos...

Debe dar con la medida exacta, la voz diáfana del te amo, a discreción, secamente frente a las baldosas para que suene atrevido, insomne, como a ti te gusta...
Debe encontrar la historia de tu piel con el tacto, imaginar que es la primera vez que vuelas encantada, que él es la fuerza que mantiene al cometa prendido a la tierra; debe entender la vibración exacta de tus afiebradas tormentas, con melódico trajín, abotonar tus dudas y solventar tus apremiantes halagos...
Debe entender como tocar todo tu cuerpo y saber como saciar la duda de que yo no existo, de que la rosa blanca sin el lirio gris y el más aromático del jardín entre tus manos, te recuerde tormentosamente mi partida entre la niebla.
Debe amarte. Tal vez, si acaso busca solo compañía de un rato, olvídalo; yo tengo el corazón en una mano...

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