Estoy tan perdido en lo indefinible cuando veo tu sonrisa;
me encantas mágica flor, y el siempre universal
de mis manos se escapa, quedo frágil,
desprotejido ante la belleza de profundidad ignota en tu mirada.
Ya no dudo estar soñando tu piel, tus labios,
tu voz, tus manos en mi, me haces despertar y asirme a ti;
ahi en el paraiso dejamos de ser solo dos...
Te imagino a mi lado en la vereda a la montaña
conduciendo más de aquel fulgor que embriaga,
y de aquel paisaje que tengo para ti, somos
miméticos bordados, descalzos, en la hierba abrazados,
viviendo eternidades desde el cielo hasta los labios...
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