para Ivancito.Tras la revolución vino un aire de repentina tranquilidad donde todo legisló de acuerdo a la caida de los malos derrotistas del sistema, y la ciudad fue nuestra, donde nadie ha descubierto lo que oculta, cuando las calles se vuelven trémulas y suaves, un olor a humedal se desprende de los nudos discretos de las esquinas cuando acaba de llover y la niebla cubre las torres, la magia comienza en sus tantos brios de conquista a embriagarnos de nuevo en su salmo fortificante de amada, en su regazo extiende, en su perfume clama y riega dulce su atinada esencia de santa, y el salitre y el eco de montañas que no han vuelto, se transforman en siluetas, se difractan en sus calles, somos parte de todo en el vuelo fugaz de nuestro triunfo... ya ha amanecido y somos lo que no ha dejado de ocultar el canto, en las victorias desencadenan nuestras aladas formas, saetas inflamadas de serpentinas y gloriosas figuras de festejo, ocultos los soldados de la ciudad, han desalojado las diferencias y se ha detectado aun la nostalgia por las noches diferentes, por las fiestas pasajeras de los tiempos... la playa es nuestra y somos uno en el vuelo... al faro oscuro dedicamos nuestro sueño, alumbrado de esperanza, de rostros que se juntan para el bien comun y la atinada feria en que nos cuesta desalojarnos de nuestra forma humana...
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