viernes, mayo 23, 2008

nada...

Eres tu mi princesa del desierto, cuando la poesia se hace magia,
cuando las algas fósiles interpretaron el amor de antaño y todo fue inutil,
cuando corriste a través de los silencios del norte, y te desee más allá de los tiempos
ufanas fueron mis plegarias, eternas mis ganas...
cuando quise recorrer desde tus manos, en aquella pequeña banca de los lagos,
más allá de tus silencios, más allá de tu carne, tu corazón beberlo.

No soy nada frente a tanta bealdad.
Un pobre poeta de circunferencias reflejantes.
Un absurdo adorador del arte.
te amo...

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